La procesionaria del pino, una amenaza real para los perros

Cuando va terminando el frío y se acerca la primavera es el momento en el que hay que estar ojo avizor para que nuestros perros no se acerquen a estas orugas, son peligrosas, también para los humanos.

 

Hay que tener cuidado entre febrero y abril.

Debido al cambio climático cada vez hay más y, además, su radio de acción se está acercando a las áreas urbanas.

Por eso mismo aunque obviamente donde suelen estar es en los pinares también nos podemos topar con ellas en jardines y parques públicos.

 

¿Por qué se llaman procesionarias? ¿Cómo reconocerlas?

Tras alimentarse durante unos 30 días las orugas descienden al suelo desde sus nidos en características filas indias (de ahí su nombre común de "procesionarias"). Se desconoce la causa pero está comprobado que es siempre una hembra (una larva que originará un adulto hembra) la que guía la procesión.

 

Son extremadamente venenosas: producen urticarias y alergias en personas y en animales.

El riesgo está al tocarlas, sus pelos urticantes son como dardos envenenados. Si tu perro olisquea o, peor, lame a una de estas orugas debes llevarle inmediatamente al veterinario.

 

¿Cómo saber si tu perro ha estado en contacto con una procesionaria?

Estará tratando de rascarse la boca porque le dolerá. Los síntomas visibles son la inflamación de labios, boca e incluso de la cabeza.

 

¿Qué hacer?

Puedes lavarle la boca con agua templada pero lo más importante es ir rápidamente al veterinario para que puedan dar a tu perro un tratamiento con corticoides.

El resultado puede ser desde la necrosis de parte de la lengua a la muerte: si la infección llega a la laringe puede morirse por asfixia.